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El Govern de Armengol se reafirma en que sobran turistas en Baleares y estudiará como reducir su número

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Turistas en el Parque del Mar, frente a la Catedral de Palma.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El Govern de Baleares presidido por la socialista Francina Armengol se reafirma en que sobran turistas en el archipiélago y estudiará como reducir su número.

En esta ocasión, ha sido el propio conseller socialista de Turismo del Ejecutivo balear, Iago Negueruela, el que ha apostado por «analizar cómo reducir la llegada de visitantes» a una Islas, cuyo único motor y sustento económico es el turismo.

De hecho, el propio conseller ha instado a sus socios de gobierno, independentistas de Més y Podemos, a «bloquear todo el crecimiento posible», poniendo el techo de visitantes en los 16,4 millones de turistas que viajaron a las Islas en 2022, una cifra que, según Negueruela, «no debería de superarse», aunque sin aportar medida alguna para fijar ese tope de viajeros.

«La presencia de turistas en Baleares debería analizarse por meses, debido a que en muchos de ellos se han tensionado las Islas, y trabajar para que en los meses en que esto sucede haya una reducción en el número de visitantes», ha defendido el conseller, poniendo en valor la labor ya hecha por el Govern para «bloquear todo el crecimiento posible».

«Tenemos claro que hay que reducir plazas porque Baleares es una comunidad que tiene plena ocupación durante prácticamente seis meses al año y, en esta situación, no necesita ni más turistas, ni más plazas», incidió, dejando claro que la desestacionalización turística y el incremento de visitantes en otoño-invierno no es del interés del Ejecutivo balear.

Tras reiterar el mantra de la necesidad de «conseguir menos turistas, pero a la vez más ingresos», el portavoz del Govern indicó que «las cifras de turistas en 2022 fueron inferiores a las de 2018 y 2019», dejando claro que en 2023 el objetivo es continuar con la tendencia a la baja.

Las manifestaciones del conseller de Turismo están en línea con lo manifestado por la también directora socialista insular de Turismo del Consell de Mallorca, Lucía Escribano, que en noviembre del año pasado en el marco de la World Travel Market (WTM) de Londres, hacía unas manifestaciones a diversos medios de comunicación ingleses, entre ellos The Sun, afirmando que «los turistas británicos no son bienvenidos en Mallorca».

En la misma dirección que Negueruela, la alto cargo insular advertía de que el Consell iba a poner en marcha «planes drásticos para abordar el hacinamiento turístico después de que este verano hubiera protestas en Mallorca cuando los turistas regresaron en masa. Estamos limitando el número de camas en la isla. Queremos calidad, no cantidad. En este momento tenemos 300.000 plazas hoteleras y queremos menos, no más».

De hecho, hasta la propia presidenta del Govern, Francina Armengol, el mes de septiembre pasado en el Parlament, indicaba que existe un problema de saturación en Baleares y que la solución es «que vengan menos turistas».

Entre el paquete de medidas restrictivas contra la afluencia turística aprobadas tras dos años de pandemia por el Govern de Armengol en 2022, destaca la limitación a la llegadas de cruceros al puerto de Palma, el cierre de multitud de chiringuitos de playa en Mallorca e Ibiza o la nueva ley turística que congela la creación de plazas hoteleras durante cuatro años.

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